sábado, 17 de noviembre de 2012

Los Payadores


“El payador es un poeta repentista que canta en forma individual, sobre temas propuestos por el auditorio, o en contrapunto con otro, pudiéndose referir ambos al mismo asunto- solicitado previamente- y, también, formulándose en forma reciproca, preguntas que deben ser contestadas en verso.
En el complejo arte del payador hay una estricta metodología del quehacer oral en la que se fusionan: mensaje, canto y música. Otros dos elementos la completan y caracterizan: el metro de los versos y la rima empleada.
Para estructurar su mensaje el payador debe tener condiciones intelectuales innatas: básicamente inspiración poética y agilidad mental. A ellas tiene que sumarle sus actitudes de cantor, para volcar oralmente los frutos de su improvisación, y ejecutar adecuadamente su guitarra, que le sirve de acompañamiento, tanto en la parte musical, como de apoyo en la medida de sus versos. En cuanto al metro, los payadores prefirieron el octosílabo, desde los precursores hasta los actuales sostenedores del canto improvisado.
“El canto del payador estuvo siempre identificado con su entorno, tanto para referirse a un episodio épico, como a una efusión lírica. Además, recibió el mandato de Hernández quien en su “Martín Fierro”, estableció el norte del mensaje, al pedir: “…pero yo canto opinando que es mi modo de cantar”.
Los mas conspicuos payadores eran de origen humilde y los temas se relacionaban con los problemas de los obreros o de aquellos que pasaba necesidades.
Uno de los mas conocidos payadores que vivieron en Boedo fue Julián Martín Castro, nacido en Merlo en 1882 y fallecido en 1971. Por el año 1925, Castro canto en la “Glorieta de Aulita”, en Carlos Calvo y cuyo dueño, un tal Angelito, era amigo de Pedro Bidegain, que acudía a escuchar al payador. En algún momento Castro canto en el barrio con la compañía del payador argentino Luis Acosta García y con el uruguayo Juan Pedro López. Entre otro temas, se le escuchaba cantar aquello de.
“Hombre que te degeneras
al pie de los mostradores,
y gastándote en licores
el fruto de tu sudor…”
Pero lo curioso del caso, es que los parroquianos, después de aplaudir estos versos, pedían “Otra vuelta de tinto…”
Otro payador de renombre fue Enrique Alberto, “Pincha-Pincha” “improvisaba en serio y en cocoliche- decía Silvestre Otazú- y por su gracia hizo reír a todo Boedo. Se cuenta, por ejemplo, que un día iba a la casa de un amigo y tomo un tranvía en Constitución. Estuvo improvisando en el vehículo hasta llegar al barrio, con una sola rima. Los temas eran los que iban presentando desde mas allá de las ventanillas del tranvía.
El mas conocido de los payadores de Boedo fue Don Federico Curlando durante las primeras décadas del siglo. Actuaba en la “Glorieta de don Luis”, en Boedo, entre Independencia y Estados Unidos, donde se había instalado un pequeño tablado para que se lucieran payadores y cantores de tango. Este cantor popular payó en un local llamado “Café Río de Oro”, en Carlos Calvo y Boedo, por el año 1914. Se lo recordaba todavía en 1951 por que en las revistas especializadas se seguían reproduciendo sus composiciones, recogidas en tres libros que gozaron del favor del público: “Chispas azules”, “Flores silvestres” y “Cadencias salvajes”. Este payador vivió en San Juan 2718 y falleció en 1922.
Sin ser precisamente vecino de Boedo ya que nació en Quintino Bocayuva 539, el famoso payador José Betinoti actuó en muchos lugares del barrio, tan propicio a sus payadas, que le dieron imperecedera trascendencia.
Don Generoso Dámato fue otro buen payador, y se lo podía escuchar en la “Glotrietade Don Luis”, así como en el “Almacén de Brenta” junto con el correntino Igarzabal y el moreno Luis García Morel, considerado invencible en aquella época.

El escritor Alvaro Yunque, en un articulo periodístico, aportó una lista de los payadores de aquel tiempo, de los cuales, la mayoría actuó en Boedo: Gabino Ezeiza, Pablo Vazquez, juan navas, José Betinoti, Luis Acosta Garcia, federico Curlando, Generoso Dámato, José Agustín Dillón, Antonio Caggiano, Donato Sierra Gorosito, Cayetano Daglio (“Pachequito”), Ambrosio del Río, Martín Castro, Juan Fulginitti, Francisco Bianco, Manuel Cientoforte, Silverio Manco, Félix Hidalgo y Andrés Cepeda. .

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