domingo, 18 de noviembre de 2012

La Pulperia



La pulpería, o casa de negocio del antiguo campo, vendía todas aquellas cosas que los pobladores necesitaban: telas, comestibles, remedios, ropas, artículos de talabartería y los “vicios”: tabaco, papel para armar cigarrillos, yerba, etc. Allí se reunían a beber y a conversar los gauchos de los alrededores y los forasteros que iban de viaje; el pulpero los atendía desde atrás de una reja de hierro o madera, reja que le servía de protección contra los borrachos pendencieros y los asaltantes, de temer en esas soledades. En las pulperías había siempre una o dos guitarras, para que lucieran sus habilidades los cantores; a veces se originaban amenas payadas; allí se daban y se recibían toda clase de noticias, se jugaba a los naipes, bochas, dados y taba; se realizaban riñas de gallos y se concertaban y corrían carreras de caballos. En estos negocios, a veces, también se vendía carne para el consumo de los pobladores, los que, a su vez, vendían al pulpero cueros de vacunos, de gamas, tigres y zorros, así como la pluma de los avestruces que el gaucho cazaba con la ayuda de las famosas boleadoras. Eran frecuentes las discusiones y las riñas; entonces los afilados facones salían a relucir, se improvisaba un duelo criollo y la “fiesta” terminaba.
Algunos atribuyen el origen del nombre a que los pulperos (propietarios de estos establecimientos) eran verdaderos “pulpos”, (el mismísimo diccionario de la Real Academia Española reconocer este origen).
Para otros, viene de “pulquería” o lugar donde se toma pulque, que es una bebida parecida al aguardiente.
Tiene su origen en las primeras épocas de la colonia (En marzo de 1600 el cabildo porteño impuso a un pulpero una multa de 8 pesos por haberle vendido vino a indios y negros).
León Bouché en su obra “La Pulpería, mojón civilizador” sintetiza:
“… frente a su estaño confraternizó la gente. Fue el primer techo cobijador que encontró el hombre en su difícil soledad pampeana. Allí también sació su ardiente sed. Allí los hombres se sintieron hermanados cada vez que la libertad del país peligraba. Sarmiento las llamó ‘Club de gauchos’ y debió agregar ‘Escuela de machos’…”.




fuente:http://www.folkloretradiciones.com.ar/objetos_rep/objet_rep_01.htm

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