Entre Riendas y Bocados
Después de haber caminao
despacio de un lao pal otro
entre Tropillas de Potros
y Baguales mal domao
! Por Dios si me han preguntao
como un Bocao se coloca
o como un potro en la boca
chucaro se tira ahijuna
si tendra que ver la luna
o la mano que le toca.
Yo pienso de puro Indiano
por el tiempo que me acuna
que tendra que ver la Luna
pero mucho más la mano
y sabe cualquier paisano
que las formas de Tirar
son muchas para ablandar
la boca a un Yeguarizo
por eso es noble y preciso
a cada Potro observar.
Los que tiran en el suelo
a mano o en pingo manso
lo hace fuerte y sin descanso
dando vueltas sin revuelo
pero antes le atan al pelo
la cabeza para abajo
y a empezar el Trabajo
se fija de que el Bagual
no tenga el hocico mal
ni nada como un relajo.
Ha de ser cada tirón
entre quejidos y sustos
seco calculao y justo
que lo sienta hasta el garrón
que no sufra el chucarón
Diez tirones mal pegao
con Tres bien de cada lao
puede un Chuzo quedar
es decir puede aflojar
cualquier Arisco al bocao.
Pero estan los tan blanditos
que se podrian domar
sin tenerlos que tirar
en la boca pobrecitos
pero como estan repito
los muy docil y maduros
estan tambien los mas duros
que no hay que desconocer
y que para hacerlos volver
cuesta un triunfo se los juro.
Muchos tiran de parao
de arriba o de abajo
y he visto en ese trabajo
tambien tirar de tornao
con riendines bien sobaos
he visto a mas de un paisano
hacerle pegar a mano
la barbilla contra el pecho
y despues en trecho en trecho
corretearlo por los llanos.
He visto a muchos con fé
tirar disparando un potro
cimbrarse de un lao pal otro
y despues largarselé
pero eso, ojo ¿Por qué?
hay pingos tan cosquillosos
que ni bien el doloroso
tirón sienten en la encia
se agachan con rebeldia
a corcovear empeñoso.
Y pa como el tirón
sea bueno y eficáz
hay que largar para atrás
todo el cuerpo en el cimbrón
y ahí viene el problema, Don
porque cualquier animal
siguro lo saca mal
puesto el va pa´delante
y su cuerpo en ese instante
va con fuerza brutal.
A mi mas de un mancarrón
por cimbrarlo con coraje
me ha pasao de un solo viaje
mesmo que gaucho chambon
y según Pedro Ramón
decia que en sus terrenos
él supo Domar a freno
a más de un Bagual largao
y otros dicen que han domao
sacandolos del más bueno.
Pero pienso que el bocao
de soga anchita nomás
es lo mejor y eficaz
pa tirar en cualquier lao
después ya corre cuidao
del que doma por concinia
y he visto al demás inquina
Bagual con humo e´milico
manejao del hocico
como también de la Clina.
Pero por bien que un bagual
este y una seda sea
cuando se corre o se arrea
hay que usar mucho el bozal
porque cada animal
medio nuevon o ligero
se empieza a poner guerrero
cuando le apuran la boca
y ahi gira la suerte loca
de que se ponga mañero.
Como el tema entre nosotros
es bastante complejón
repito las formas son
muchas de "Tirar" a un potro
pero ya vendra algun otro
a explicar sin mas aniño
yo solo he visto de niño
que ayudan las experiencias;
el secreto es la paciencia
y la varita del cariño.
martes, 26 de mayo de 2015
lunes, 25 de mayo de 2015
Martín Fierro está vivo
Por Leandro Vesco / Fotos Juan Carlos Casas
“No entiendo a la gente que vive en la ciudad”, reflexiona Raúl Felipe Barragan, desde su guarida feliz de Cura Malal, partido de Coronel Suárez, un pueblo con 100 habitantes. Barragán está casado hace 50 años con Gregoria Feliciana Silvera. Tuvieron el primero de sus once hijos en tiempos en donde era posible alzar la mirada y abrazar una esperanza. Se conocieron en un baile y enseguida el amor los unió. El cielo sureño les guiñó el ojo.
“Estábamos separados arroyo de por medio”, cuenta don Raúl al referirse al Sauce Corto, un obstáculo natural que pronto lo superó. “Noviamos tres meses, nos casamos y la llevé a vivir a las sierras”. Barragan comenzó a trabajar a los doce años, sin vueltas y sin miedo, con la vista al frente.
“Siempre me gustó la soledad. Entrabas a la estancia y te hacías solo. Mirando aprendí todo, nadie me enseñó nada”, cuenta con naturalidad. “Te hacías hombre de un porrazo, pero te hacías”. Toda su vida la pasó entre las sierras, esa presencia inmutable y contenedora que se comunica en voz baja para quienes saben oír la señal telúrica que moviliza sentidos.
La estancia de la Familia Tornquist fue el lugar en donde se desarrolló; aquí tuvo a sus hijos y el campo le dio todo. “Una vez vendí un Chevrolet y me dieron diez hectáreas, al menos tuve algo mío”, dice, tierno. Entonces el trabajo era de sol a sol y en el puesto su familia creció feliz. Nunca les faltó nada, y la vida serrana lo llevó por huellas insospechadas. Anudando el alma bordeaba por los cerros, llevando ganado, atravesando horizontes, durmiendo en la soledad bajo el manto celestial.
Por esto dice que no entiende a la gente que vive en la ciudad. Porque recuerda aquellos días en donde las jornadas se contaban por las leguas que podía hacer un caballo. “Antes no había maldad en la gente, en la estancia el mayordomo estaba atento a todo, cuando estaba por nacer un hijo, la llevaban a tu mujer y unos días después aparecía con el hijo. El mayordomo se encargaba de todo, y uno se tenía que quedar trabajando”.
Mira a Gregoria, que afirma estoica, segura y orgullosa de haber pasado esa vida con este hombre en aquellas condiciones. “Había mucha libertad, era todo muy lindo”, rememora. Barragán ceba unos amargos y con una mirada cómplice, le da un mate. Esta clase de amor tiene raíz en las infinitas noches serranas donde la luna baja a mojar su resplandor en los arroyos de aguas mansas y cristalinas.
Las vueltas de la vida lo llevaron a hacer circo en Azul junto a un joven actor que prometía: Norman Briski. De grande supo que la mujer a la que toda la vida había llamado mamá, no lo fue: su verdadera madre murió a los pocos meses de nacer. “Las cosas sucedieron así, cómo voy a enojarme si me dieron tanto amor”.
Barragán parece una estatua viviente de la criollez, la horma con la que fueron hechos estos hombres ya no existe más. Ameno y solitario, su mirada se pierde en el recuerdo de aquellos años de andar por los caminos. La vida le ha dado un regalo: uno de sus hijos trabaja en la misma estancia y en el mismo puesto en el que trabajó él. “Extraño andar a caballo, un día de estos monto y Dios dirá”, dice. Al despedirnos, susurra un secreto: “Sueño con que las sierras se arrimen”. Acaso para oír nuevamente ese lenguaje encantado y suave con el que se comunican las montañas.
fuente:http://elfederal.com.ar
“No entiendo a la gente que vive en la ciudad”, reflexiona Raúl Felipe Barragan, desde su guarida feliz de Cura Malal, partido de Coronel Suárez, un pueblo con 100 habitantes. Barragán está casado hace 50 años con Gregoria Feliciana Silvera. Tuvieron el primero de sus once hijos en tiempos en donde era posible alzar la mirada y abrazar una esperanza. Se conocieron en un baile y enseguida el amor los unió. El cielo sureño les guiñó el ojo.
“Estábamos separados arroyo de por medio”, cuenta don Raúl al referirse al Sauce Corto, un obstáculo natural que pronto lo superó. “Noviamos tres meses, nos casamos y la llevé a vivir a las sierras”. Barragan comenzó a trabajar a los doce años, sin vueltas y sin miedo, con la vista al frente.
“Siempre me gustó la soledad. Entrabas a la estancia y te hacías solo. Mirando aprendí todo, nadie me enseñó nada”, cuenta con naturalidad. “Te hacías hombre de un porrazo, pero te hacías”. Toda su vida la pasó entre las sierras, esa presencia inmutable y contenedora que se comunica en voz baja para quienes saben oír la señal telúrica que moviliza sentidos.
La estancia de la Familia Tornquist fue el lugar en donde se desarrolló; aquí tuvo a sus hijos y el campo le dio todo. “Una vez vendí un Chevrolet y me dieron diez hectáreas, al menos tuve algo mío”, dice, tierno. Entonces el trabajo era de sol a sol y en el puesto su familia creció feliz. Nunca les faltó nada, y la vida serrana lo llevó por huellas insospechadas. Anudando el alma bordeaba por los cerros, llevando ganado, atravesando horizontes, durmiendo en la soledad bajo el manto celestial.
Por esto dice que no entiende a la gente que vive en la ciudad. Porque recuerda aquellos días en donde las jornadas se contaban por las leguas que podía hacer un caballo. “Antes no había maldad en la gente, en la estancia el mayordomo estaba atento a todo, cuando estaba por nacer un hijo, la llevaban a tu mujer y unos días después aparecía con el hijo. El mayordomo se encargaba de todo, y uno se tenía que quedar trabajando”.
Mira a Gregoria, que afirma estoica, segura y orgullosa de haber pasado esa vida con este hombre en aquellas condiciones. “Había mucha libertad, era todo muy lindo”, rememora. Barragán ceba unos amargos y con una mirada cómplice, le da un mate. Esta clase de amor tiene raíz en las infinitas noches serranas donde la luna baja a mojar su resplandor en los arroyos de aguas mansas y cristalinas.
Las vueltas de la vida lo llevaron a hacer circo en Azul junto a un joven actor que prometía: Norman Briski. De grande supo que la mujer a la que toda la vida había llamado mamá, no lo fue: su verdadera madre murió a los pocos meses de nacer. “Las cosas sucedieron así, cómo voy a enojarme si me dieron tanto amor”.
Barragán parece una estatua viviente de la criollez, la horma con la que fueron hechos estos hombres ya no existe más. Ameno y solitario, su mirada se pierde en el recuerdo de aquellos años de andar por los caminos. La vida le ha dado un regalo: uno de sus hijos trabaja en la misma estancia y en el mismo puesto en el que trabajó él. “Extraño andar a caballo, un día de estos monto y Dios dirá”, dice. Al despedirnos, susurra un secreto: “Sueño con que las sierras se arrimen”. Acaso para oír nuevamente ese lenguaje encantado y suave con el que se comunican las montañas.
fuente:http://elfederal.com.ar
domingo, 17 de mayo de 2015
Modesto Mateo Abrego "El Chacho Abrigo"
Modesto Mateo Abrego, más conocido como “el Chacho Abrigo”,nació un 16 de Junio de 1925 en la ciudad entrerriana de Victoria. Su vida artística comienza a desarrollarse desde los 8 años, primerocomo guitarrista y cantor en Estación Hernández (Entre Ríos), enreuniones camperas, y luego desde los 10 años como acordeonista,siempre acompañando a su abuelo, quien fue su maestro. A los 14años dejó definitivamente la guitarra y se dedicó al amor de su vida,el acordeón de dos hileras, especialmente en el ritmo regional de la música del Litoral.
"Charlas de fogón "
De barba blanca y clinera
por la vincha sujetada
como imagen conservada
de la vieja montonera...
Nunca supe ni quien era,...
siempre andaba serio y mudo..
Arisco ,como el peludo,
era mirarlo nomás
pa verlo rumbiar pa atrás
como juyendo al saludo.
por la vincha sujetada
como imagen conservada
de la vieja montonera...
Nunca supe ni quien era,...
siempre andaba serio y mudo..
Arisco ,como el peludo,
era mirarlo nomás
pa verlo rumbiar pa atrás
como juyendo al saludo.
Su ranchito de terrón
de verlo guapiar...guapiaba
y la cumbrera se arqueaba
pidiendo ayuda al horcón.
Raro era que en el fogón
al aclarar no lo hallara,
siempre escondiendo la cara
yerbiaba como empacao
mirando el suelo callao
cual si la tierra le hablara.
Una tarde intencionao
a guitarrear me senté
y el estilo que canté
fue como pial de volcao.
Escuchó disimulao,
saludó por vez primera.
Luego,como si temiera
que algo le pudiese hablar,
dispacio volvió a rumbear
al hueco de su tapera.
Asi lo más principal
de aquel viejo conocí
corazón de camoatí
escondido en un zarzal!
Supe que era un oriental
de esos que tuito lo han dao
y mueren arrinconaos
a ponchasos con la vida
pues la PATRIA los olvida
después de haberlos usao!!!
El viejo. - Marcos Velázquez. (músico y poeta uruguayo)
Primer premio en el Concurso de El Cielito en el año 1965
de verlo guapiar...guapiaba
y la cumbrera se arqueaba
pidiendo ayuda al horcón.
Raro era que en el fogón
al aclarar no lo hallara,
siempre escondiendo la cara
yerbiaba como empacao
mirando el suelo callao
cual si la tierra le hablara.
Una tarde intencionao
a guitarrear me senté
y el estilo que canté
fue como pial de volcao.
Escuchó disimulao,
saludó por vez primera.
Luego,como si temiera
que algo le pudiese hablar,
dispacio volvió a rumbear
al hueco de su tapera.
Asi lo más principal
de aquel viejo conocí
corazón de camoatí
escondido en un zarzal!
Supe que era un oriental
de esos que tuito lo han dao
y mueren arrinconaos
a ponchasos con la vida
pues la PATRIA los olvida
después de haberlos usao!!!
El viejo. - Marcos Velázquez. (músico y poeta uruguayo)
Primer premio en el Concurso de El Cielito en el año 1965
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